Evangelios y Hechos

El título del presente libro se ha sacado de la Biblia, del libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 17, versículo 11. Acerca de unos habitantes de la ciudad de Berea, leemos que "recibieron la Palabra (de Dios) con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras". Este libro quiere ayudarle a usted en su lectura diaria de un pasaje de la Biblia. En efecto, nada hay más importante que conocer las Santas Escrituras, las cuales le pueden "hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:13-17).

El libro de los Hechos de los apóstoles sigue a los evangelios. En los cuatro evangelios vemos algo de las glorias del Señor presentadas en sus actos y sus palabras, resaltando los caracteres de Mesías, Siervo, Hijo del Hombre e Hijo de Dios respectivamente. Luego se describe su muerte y su resurrección, necesarias para que Dios fuese glorificado salvando al pecador. El libro de Hechos de los apóstoles es como la continuación del evangelio según Lucas; ambos son del mismo autor y se dirigen a la misma persona, llamada en el evangelio “excelentísimo Teófilo”, probablemente un funcionario romano que se hizo cristiano . En Hechos ya no es llamado “excelentísimo”, bien sea porque había renunciado a sus funciones, o porque en la intimidad fraternal este título dejó de emplearse.

El tema de este evangelio es: “Dios manifestado en carne”, presentado a los hombres en la persona de su Hijo Jesucristo y revelado bajo el carácter de Padre, cuyo “unigénito Hijo, que está en el seno del Padre”, fue su expresión perfecta. El hombre no podía ir a Dios a causa de la mancha del pecado. Entonces Dios vino hasta él en gracia y verdad.

En este evangelio el Espíritu de Dios nos presenta a Jesús con su carácter de Hijo del Hombre, quien trae de parte de Dios la gracia a los hombres. Por consiguiente, se encuentran en Lucas muchos detalles concernientes a la humanidad de Cristo. Al mismo tiempo, en cada página sobresale su perfecta divinidad. A lo largo del relato inspirado podemos contemplar a Jesús como “el más hermoso de los hijos de los hombres”; porque la gracia se derramó en sus labios (Salmo 45:2).

En el evangelio según Marcos, el Espíritu Santo presenta al Señor Jesús como Siervo y Profeta de Dios. De esta manera había sido anunciado en el Antiguo Testamento. Era una promesa cuyo cumplimiento se esperaba: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis… Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare” (Deuteronomio 18:15, 18).

La palabra “Evangelio” significa “Buena Nueva”. Y en efecto, ¡qué buena noticia, la que presenta a los hombres un Salvador perfecto, manifestación del amor de Dios para con ellos! Mateo revela al Señor bajo el carácter de Mesías prometido a los judíos. En el primer versículo es llamado “Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”.